20 May Las cápsulas y Windows
A finales del siglo pasado llegaron al mercado los ordenadores personales, los llamados PC. Había de todo tipo de marcas, pero todos llevaban incorporado un sistema operativo para funcionar. De manera resumida, había tres principales: Linux, Apple y Windows. Linux era para los informáticos que sabían cómo funcionaban aquellos nuevos aparatos. Parece ser que muy bueno, pero tenías que ser un sabelotodo de la informática para hacerlo funcionar. Apple era mucho más fácil e intuitivo de usar, y funcionaba muy bien, pero solo funcionaba con las máquinas que fabricaba la propia Apple. Windows era, con mucho, el peor. Pero era fácil de usar y se podía instalar en cualquier PC, ideal para principiantes y también para usuarios avanzados.
El punto más importante es que el PC era un producto totalmente nuevo, rompedor, y que de dummies de la informática había montones. Yo mismo era uno de ellos. No es necesario que os explique qué pasó. Windows arrasó, y hasta que no apareció un nuevo aparato que hiciera la competencia a los PC (los iPhone y el resto de smartphones), se ha comido el mercado de los ordenadores personales. De hecho, aún sigue siendo el sistema operativo más usado en los ordenadores y portátiles.
Un detalle más: que Windows era el peor de los tres sistemas operativos se sabía, y se publicaba en todo tipo de prensa y revistas especializadas. Pero amigo, Windows seguía lanzado y comiéndose el mercado. Y mientras tanto Bill Gates cada vez más rico.
Saltemos al café, que es desde hace unos meses el tema que me tiene ocupado. Os he explicado lo de los PC porque en algunos aspectos, el mercado de la venta de café, se parece una barbaridad. Os lo resumiré. Las cápsulas son Windows. Todo el mundo sabe que desde el punto de vista de la calidad, es el peor. Aunque atención, también hay buenos y malos cafés en grano o molidos y monodosis ESE 44mm. De maneras de hacer café, hay también docenas: el espresso, el filtrado, el de goteo, el turco … Si hablamos de cafeteras, el tema se nos va de las manos. Hay gente partidaria de un sistema u otro. En resumen, una gran variedad.
Curiosamente, entre los amantes del café, entre los expertos, o entre los que simplemente lo aprecian, no hay ni uno que salga a defender la cápsula. Pero es la que tiene más ventas, se han comido el mercado y sigue subiendo. En este caso, no es que los consumidores de cápsulas sean tontos, ya que sobre gustos no hay nada escrito.
Lo que sí me atrevo a decir es que cuando un producto salta de los círculos restringidos de sus expertos o fanáticos incondicionales, porque alguien consigue simplificar el proceso, el producto triunfa y arrasa el mercado. Tanto da que el cambio vaya más allá del límite de lo que se pueda considerar, en este caso, un café. Se apropian del término, y ese producto pasa a ser café. Ya está. Han ganado.
Hasta hace tan solo unos años, o tomabas el café en casa con una cafetera italiana o con una Melitta de goteo, y en el bar pedías un espresso. No había más. El café podía ser bueno o malo, pero era café. En casa, ahora mandan las cafeteras de cápsulas. Buenas o malas cápsulas, todas, sin excepción, tienen en su interior poco café y muchos saborizantes. Pero por encima de todo, son muy sencillas de utilizar. Hacen un café rápido y son muy prácticas.
A los bares también les ha salido la competencia del café rápido y saborizado, los Starbucks y compañía: sus cócteles esconden el café, dejándolo como un simple matiz de fondo. El retrogusto.
Hasta ahora el presente es preapocaliptico pero, y ¿el futuro?. En mi opinión tenemos que seguir batallando y hacerlo tan bien como Apple o Linux. Olvidaos de luchar en esta guerra imitando a los que se pasaron al lado oscuro : bajar precios, hacer cápsulas más eco-amigables y biodegradables, cafeteras superautomáticas de plástico … todo nos abocaría al mismo lugar donde acabaron los fabricantes de clones PC que quisieron ponerse a la estela de Windows.
El universo del café libre de cápsulas ni Starbucks está en expansión. Y más que lo podemos hacer crecer, siempre que nos mantengamos fieles a las líneas de calidad que definen el producto. Las cialdas o monodosis ESE 44mm, las buenas cafeteras superautomáticas, las cafeteras italianas o de filtro de toda la vida, el buen café en grano o molido, es donde hay vida y café.