21 Abr El café y el norte de Italia
El café y el norte de Italia
El café llegó a Italia, más o menos, al mismo tiempo que llegó a otros lugares de Europa. Se dice que un comerciante veneciano lo introdujo en 1645 a través de su ciudad. Hasta aquí, nada especial. Se fue poniendo de moda en toda Europa y se fueron creando los primeros establecimientos para tomar café. En el siglo XVIII, todas las grandes ciudades tenían más de un café.
¿Qué es lo que hace que en Italia, y particularmente en el norte del país, se desarrolle una cultura del café como ningún otro lugar?
En primer lugar, hay que señalar dos inventos, dos obras de arte de la creatividad de los ingenieros del norte de Italia. El primer gran invento es la cafetera para hacer café espresso. La creó y patentó el ingeniero de Turín (el Piamonte) Angelo Moriondo. En 1901, fue perfeccionada por Luigi Bezzera, de Milán. De hecho, la cafetera espresso era la primera que permitía hacer un café, de manera rápida y sencilla. Además, creaba una bebida totalmente diferente del resto de cafés que se tomaban hasta ese momento. La máquina permitió a multitudes de bares ofrecer café espresso, como no pasaba a ninguna otra parte del mundo.
El segundo gran invento es de Alfonso Bialetti: la cafetera de Moka, también conocida como italiana, de rosca, oroley o como os guste más llamarla. Es la causante de llevar el café al interior de los hogares italianos (y de nuestro país), permitiendo preparar un café cercano al espresso.
Con estas dos cafeteras, el consumo de café se dispara. Además, pasa de ser una bebida que se toma poco a poco, en grandes tazas, como todavía se hace en la mayor parte del norte de Europa y los Estados Unidos, a ser el trago intenso de la esencia del café.
Este aumento de la demanda de café tuvo otras dos consecuencias, que hacen del norte de Italia el centro de la cultura cafetera mundial.
En primer lugar, la demanda hace que Italia se convierta, en un principio, en el primer comprador de cafés del mundo, que entran principalmente por los puertos de Génova y Venecia. Aún en la actualidad, los mejores cafés del mundo, entran por estos puertos. Los tratantes de café italianos tienen el mejor conocimiento del producto y de los productores y se llevan antes que ningún otro los mejores cafés. Justo lo que nos faltó en la España del s.XX, que teníamos que importar cafés de calidad y precio inferiores.
En segundo lugar, la gran demanda de café hace que se desarrolle la industria tostadora. Si miráis las estadísticas mundiales sobre consumo de café, veréis que el norte de Europa las lidera ampliamente. Sin embargo, si consultamos la lista de las principales empresas productoras y exportadoras de café tostado, las empresas italianas, y sobre todo las del norte, son las líderes mundiales.
En resumen, en el norte de Italia inventan el café moderno, eligen y compran el mejor café verde y dominan el tueste del café como nadie. Y por si fuera poco, prefieren mezclas finas y delicadas, afrutadas, ligeramente ácidas y con un sabor dulce, con un tueste medio y una prevalencia de cafés de calidad arábica, principalmente de América Central.
Lo mismo que nos gusta a nosotros y que servimos a nuestros clientes en Il Caffè di Francesco.